America's Cup

No creí que la vela llegaría a interesarme tanto... Pero el caso es que estar todo el día dentro de un barco siguiendo a los "clase américa" al final engancha. Es tensa la salida, donde se juegan la mitad de la regata en los escasos 5 minutos que tienen para intentar ganar la posición y penalizar al contrario. Es fantástico ver como un grupo de 17 personas trabajan como una máquina de precisión, cada uno realiza su función para el bien de todo el barco. Es estremecedor ver como rompen piezas se caen al agua y pierden en segundo una regata que han dominado durante una hora. Es emocionante ver las caras de los vencedores, que en los casos donde no se lo esperaban (como el China Team), te has de alegrar con ellos por fuerza. Y sobre todo es espectacular, las maniobras, los intentos de penalizar al contrario, los finales de infarto, los adelantamientos, los cruces... y todavía falta lo mejor por llegar.

He de reconocerlo, me he aficionado a la Copa América, no tiene mucho mérito porque me han "obligado" a estar allí, pero por ese mismo motivo podría haberla odiado, y no, me encanta. Además la sencillez y amabilidad de los regatistas es proporcional al lujo que rodea cada acto, al contrarío que con los futbolistas. Los mejores regatistas son los más abiertos, amables, simpáticos... y viven en un mundo donde el Moet Chandon es un champagne barato. Mientras que futbolistas incultos se creen dioses aunque sean suplentes, y no "curren" más que un día al mes. En resumen, que siempre me gustará más el fútbol, pero que a partir de ahora, la copa américa tendrá interés para mi.